Vamos a iniciar nuestra cátedra de esta noche, ruego a todos poner le máximum de atención.
Ante todo, tenemos que recordar que existen siete señores sublimes y siete verdades, y esto nos invita a la reflexión.
Ciertamente hay siete Dhyani Buddhas: cinco, en realidad de verdad, han actuado hasta esta Raza Aria; dos vendrán en las dos Razas futuras: el Sexto para la Sexta Raza y el Séptimo para la Séptima Raza. Ése que está aquí, dentro de mi insignificante persona que nada vale, es el último de esta raza, el Quinto.

Mas debemos hacer una plena diferenciación entre lo que son los Buddhas de contemplación y los Bodhisattvas terrenales. Incuestionablemente, los Buddhas de Contemplación son el Prototipo del Bodhisattva Terrenal. Los Buddhas de Contemplación, en sí mismos, son Padre-Madre, porque todo Buddha es dual. En todo Buddha existe un Principio Masculino, el Padre, y un Principio Femenino, la Divina Madre Kundalini-Shakti.
Algunos autores orientalistas piensan que Anupadaka, es decir, el Buddha de Contemplación (por ser en sí mismo el Padre-Madre, el Complemento Glorioso de cualquier Bodhisattva Terrenal) no tiene Padre-Madre. Tal concepto me parece equivocado, porque cualquier Buddha de Contemplación, cualquier Padre-Madre (complemento glorioso del Bodhisattva), obviamente ha sido emanado del Eterno Padre Cósmico Común (eso hay que saberlo entender) y de la Divina Madre Inmanifestada, la Inmanifestada Prakriti.
El Eterno Padre Cósmico Común es dual, es el Padre-Madre. De él emana, a su vez, el Buddha de Contemplación, el Padre-Madre particular de cualquier Bodhisattva, y esto lo deben ustedes entender…
Así pues, no pienso que Anupadaka, el Padre-Madre, sea huérfano. Pienso que el Padre- Madre Interior de cada uno de nos emana del Eterno Padre-Madre Cósmico Común, coesencial con el Espacio Abstracto Absoluto. Así pues, me permito disentir con algunos autores sobre el término “Anupadaka”, o sea del Buddha de Contemplación desprovisto de Padre y Madre, por ser él, en sí mismo, el Padre y Madre de un Bodhisattva. Realmente Anupadaka es algo más que todo eso, es aquel Buddha de Contemplación que ha emanado del Eterno Padre Cósmico Común.
Cada uno de nosotros tiene a su Padre que está en secreto y cada uno de nosotros tiene su Divina Madre Kundalini, y los Bodhisattvas de los Buddhas de Contemplación no somos una excepción: Somos el desdoblamiento del Padre-Madre y aparecemos aquí, entre la humanidad, para mostrar la Senda, el Camino, a los demás. Es necesario que todo esto lo vayan entendiendo…
Obviamente, los Siete somos los prototipos para todos los Buddhas de este planeta Tierra.
Esto no significa que los Buddhas, por sí mismos, no tengan su Prototipo Individual, su Padre- Madre. Sólo aclaramos que los Siete, en sí mismos, constituyen el Prototipo para cualquier Buddha, y esto se ha de saber entender…
Así pues, existen Siete Señores Sublimes y Siete Verdades. Cada verdad la contiene cada uno de los siete: Si mi Dios Interior profundo tiene la Verdad sobre la Fuerza, obviamente, el de Mercurio, Rafael tendrá la Verdad sobre la Ciencia, sobre la Sabiduría; y Saturno-Orifiel sobre la Muerte, etc. Así pues, hay Siete Verdades, eso es obvio. Pero esto que estoy diciendo se repite en cada ser humano…
Siete Mentes
Mucho se ha hablado sobre la Mente, como si en verdad existiera una sola Mente. Existen, ciertamente, siete mentes: la primera podríamos denominarla “Mente Intelectual”, o empezando desde abajo, para que se entienda mejor, diremos que la Primera es la Mente Instintiva; la Segunda, la Mente Emocional, la Tercera, la Mente Mental; la Cuarta; propiamente dicha, viene a ser la Mente Equilibrada, etc.
Todas estas Siete Mentes son importantísimas. Que el instinto tiene Mente, es verdad; que el Centro Emocional tiene Mente, es cierto; que el Centro Intelectual tiene Mente también, ¿quién podría negarlo? Que el Centro Motor tiene Mente, nadie puede negarlo; son Siete Mentes.

Uno se asombra, por ejemplo, con la Mente Instintiva, ¡cómo rige los procesos orgánicos tan maravillosamente! Uno se asombra con la Mente Sexual, ¡cómo rige las actividades sexuales del ser humano! Uno se asombra con la Mente Motora, ¡cómo dirige tan sabiamente los movimientos en el organismo! Uno se asombra con la Mente Emocional y con la Mente Intelectual.
Pero no olviden ustedes que los tres centros inferiores de la máquina orgánica, o sea el Centro Sexual, el Instintivo y el Motor, forman un triángulo maravilloso, un triángulo espléndido que puede perfectamente manejar las Tres Fuerzas (Positiva, Negativa y Neutra) de la Electricidad.
Eso asombra, verdaderamente.
En cuanto a la Mente meramente Emocional, obviamente que nos deja mucho que pensar, pues la emoción también tiene Mente. Y en cuanto a la Mente Intelectual, ya la conocemos todos.
De manera que los Centros Instintivo, Emocional, Intelectual, el Centro Motor, el Centro Sexual, etc., tienen Mente.
Y hay dos tipos de Mente Superior, que son la mente emocional superior y la mente mental superior. Desgraciadamente, ese tipo de Mentes es inasequible para los seres humanos, inaccesible, inasible…
Quien quiera, en realidad de verdad, entrar en contacto con la Mente Emocional Superior y con la Mente Mental Superior, pues, deberá conseguir llevar la personalidad a un estado pasivo; y quien quiera vivir en forma continua en contacto con los dos Centros Superiores (la Mente Emocional y la Mente Mental), pues tendrá que desintegrar, no solamente el Ego, sino la personalidad.
Mucho se ha hablado sobre los Centros de la Máquina, mucho se ha dicho, perfectamente, sobre el Centro Instintivo, sobre el Centro Emocional, sobre el Centro Mental, sobre el Motor y sobre el Sexual. Se ha dicho mucho, en verdad que es mucho lo que se ha hablado, pero lo que no se ha aclarado bien es que cada uno de esos Cinco Centros tiene Mente; que la Mente Emocional Superior y la Mente Mental Superior son las dos más elevadas.
Así pues, cada una de esas Mentes de los Cinco Centros de la máquina orgánica: el Intelectual, el Emocional, el Motor, el Instintivo y el Sexual, tienen su propia Mente; y los Centros Emocional Superior y el Mental Superior tienen cada uno su Mente.
De manera que hay Siete Mentes, Siete Esferas de acción de la Mente; son Siete las Mentes, y en cada una de ellas hay contenida una Verdad, las Siete contienen las Siete Verdades. Por eso es que los hermanos deben, pues, entender la relación que hay entre el Macrocosmos y el Microcosmos.
Comprendido eso, puede uno seguir adelante.
Estas Siete Mentes controlan totalmente al organismo, especialmente las cinco, como ya les dije. Las dos Superiores son, por hoy, inaccesibles para los seres humanos. Pero las Cinco Mentes: Intelecto, Emoción, Centro Motor, Centro Instintivo y Centro Sexual, pues, controlan completamente la máquina orgánica.
Estas Siete Mentes regulan todas nuestras actividades. Desgraciadamente tenemos siempre un mal secretario en el intelecto, y éste es, en realidad, el Ego, el Yo.
El Ego
Los Tres Cerebros del hombre están relacionados con los Cinco Centros de la Máquina. Intelecto, Emoción, Movimiento, Instintivo y Sexo, se relacionan con la misma Máquina. El Centro Intelectual, el Centro Emocional y el Centro Motor son dignos de atención. Obviamente el Centro Motor-Instintivo-Sexual es un triángulo perfecto. El Centro Motor-Instintivo-Sexual no guarda antagonismos de ninguna especie. Por eso, en general, se habla de Tres Cerebros: Cerebro Intelectual, Cerebro Emocional y Centro Motor-Instintivo-Sexual…
Como dije, tenemos un mal secretario; éste se encarga de mandar los mensajes, mandar las representaciones, mandar las impresiones a Centros equivocados. Envía, por ejemplo, una impresión al Centro Instintivo cuando no tiene que ir al Instintivo, sino al Sexual, o envía una impresión que es para el Centro Intelectual, al Centro Emocional, o envía una impresión que es para el Centro Emocional al Centro Motor-Instintivo-Sexual.
Así, los seres humanos viven completamente equivocados debido al Ego, al Yo, al mí mismo, al sí mismo, y ése es el gran problema.
Estas Siete Mentes funcionarían maravillosamente si no existiera ese pésimo secretario que tenemos en nuestro interior, ese Ego, el Yo, el mí mismo, el sí mismo; he ahí lo grave.
Allá arriba, en el Macrocosmos, las Siete Esferas Planetarias funcionan en perfecta armonía, todo anda correctamente. Desgraciadamente, aquí abajo, en el Microcosmos-Hombre, todo anda equivocado: Las Siete Mentes funcionan en forma más o menos anormal debido al Ego; mensajes que son por ejemplo para el Centro Intelectual llegan al Sexual, mensajes que son para el Centro Emocional llegan para el Centro Motor. Conclusión, todo el mundo vive equivocado: Lo que es para el intelecto llega al sexo, lo que es para el sexo llega al intelecto, lo que es para el Centro Emocional llega al Centro Instintivo. En esas condiciones, todo el mundo está equivocado, las Siete Mentes funcionan en forma equivocada debido al Ego, debido al Yo, debido al mí mismo.
No sucede lo mismo allá arriba, en el Macrocosmos: Las Siete Mentes marchan maravillosamente.
¿Por qué? Porque allí todo anda en armonía: Cada uno de los Siete Planetas tiene su propia Mente y cada Mente de ésas marcha en perfecta concordancia con todo el Cosmos; he ahí lo interesante.
En cuanto a los Siete Buddhas, tienen su síntesis en Avalokitesvara. ¿Quién es Avalokitesvara?
Es la síntesis de los Siete, es el Logos, estrictamente el Logos Solar. Gautama Sakyamuni, por ejemplo, es el Bodhisattva del Buddha Amita o Amitabha, pero Gautama no es sino el Bodhisattva Terrenal. Lo importante en Gautama es el Buddha de Contemplación; eso es lo fundamental.

Amitabha
Quien alcanza el estado Búddhico pone en orden las Siete Mentes. Pero, para alcanzar el Estado Búddhico se necesita, antes que todo, haber pasado por la aniquilación Budista, esto es: Haber desintegrado el Ego, el Yo, el mí mismo, el sí mismo.
Cuando uno ha pasado por la Aniquilación Budista, las Siete Mentes marchan en perfecta armonía con todo el Cosmos, y entonces el Hombre es perfecto en el sentido más completo de la palabra.
Pero mientras el Ego exista, las Siete Mentes estarán en desarmonía, revueltas, en mala situación, manejadas por un secretario pésimo (el Ego), que como ya dije y lo estoy repitiendo, manda los mensajes que son para un Centro a otro Centro, haciendo un caos dentro de nosotros mismos, un caos dentro de nuestras Siete Mentes.
Necesitamos, pues, acelerar el proceso de la desintegración del Ego, y para ello es necesario el Fuego Sagrado, el Fohat.
Electricidad y el Fuego Sagrado
Obviamente, Fohat durante la Manifestación es uno, pero Fohat, fuera del Mundo Tridimensional de Euclides es diferente: Durante la Inmanifestación y en las Noches Cósmicas, Fohat es la Electricidad Sexual Trascendente. Incuestionablemente, la Electricidad es la que en la aurora de cualquier Creación, organiza los átomos dentro de las moléculas, organiza, hace, etc.
Hay quienes piensan que la Electricidad deviene de una entidad individual, de uno de los tantos Seres que pertenecen al Ejército de la Gran Palabra, más en realidad de verdad, digo que la electricidad viene directamente del anciano de los días, de la Gloria de Shekinah, del Viejo de los Siglos, del Padre que está en secreto.
Incuestionablemente tiene ella, en sí misma, el Poder para organizar los átomos dentro de las moléculas, el Poder para organizar los mundos; en ella están las posibilidades de realizar cualquier Creación. Por tal motivo, mis caros hermanos, conceptúo que la Electricidad, en sí misma, es sagrada, que debemos mirar a la Electricidad con profundo respeto, con gran veneración…
Los Siete Sellos del Apocalipsis
Esto de las Siete Mentes guarda relación también con el número Siete. Bien sabemos que la Piedra Cúbica tiene siete aspectos y que Los siete puntos cardinales están en la piedra cúbica: La cara que mira hacia arriba es el Quinto Punto Cardinal y la que mira hacia abajo es el Sexto Punto, pero en el centro está el Séptimo. Así pues, en el centro de la Piedra Cúbica de Yesod, en el centro de la Piedra Cúbica Filosofal, el Maestro tiene que medirse, pues está crucificado; medirse en relación con la Piedra, entender cuál es su grado de Autorrealización Íntima.
El Adepto que ha llegado al Séptimo Grado calificado, a la Séptima Iniciación calificada, obviamente maneja las Siete Mentes con perfección y recibe, al desintegrar el Ego y a la Personalidad, el Bautismo del Fuego y esto es trascendental. Por eso es que en el “Apocalipsis” de San Juan, al llegar al Séptimo Sello, cuando se rasga el Séptimo Sello se dice que: “El Reino de Dios ha sido consumado; así como Él lo prometió a sus siervos, los Profetas”…
Existen siete sellos, siete copas (esto es algo que ninguno de ustedes podría negar) y siete trompetas. El “Apocalipsis” de San Juan, en realidad de verdad, es el Libro de la Sabiduría, es el Libro que tiene enrollado (en su diestra) Santiago, el gran Apóstol; es el Libro que guía a los Alquimistas. Sin el “Apocalipsis” no se podría entender la Ciencia de la Gran Obra.
Tenemos que vivir el “Apocalipsis” externamente o internamente. Si lo vivimos externamente con toda la humanidad, tendremos que pasar por el Abismo y la Muerte Segunda (la Biblia lo indica; empieza la Biblia con la creación del hombre y termina con el juicio del hombre) Así, pues, el “Apocalipsis” es trascendental. Ahí se habla de los Siete Ángeles. Es sagrada la Biblia, sobre todo en el “Apocalipsis”, porque el “Apocalipsis” es un Libro Hermético.

El Iniciado tiene que romper cada uno de los Siete Sellos. El Primer Sello pertenece al cuerpo físico. Entonces el Iniciado, al romper ese Sello, conoce los Misterios del Abismo.
El Segundo Sello corresponde al Fondo Vital Orgánico, al Linga Sharira de los Indostanes, y al romper ese Sello el Iniciado conoce lo que es la Ciencia que se corresponde con la decapitación de Juan el Bautista.
Al romperse el Tercer Sello, que pertenece al Cuerpo Astral, el Iniciado conoce todos los Misterios del Mundo Astral, su Vehículo Sideral se convierte en un Vehículo de Oro puro.
Al romperse el Cuarto Sello, que corresponde el Mundo Mental, el Iniciado, obviamente, conoce todos los misterios de la Mente Universal, sabe lo que son las Siete Mentes, las ha organizado correctamente. Su Mente, en síntesis, se ha cristificado.
Al romperse el Quinto Sello, que es el Sello del Mundo de la Voluntad Consciente, obviamente el Iniciado se convierte en el Hijo del Hombre.
Al romperse el Sexto Sello, que corresponde a la Conciencia o al Cuerpo Búddhico Intuicional, el Iniciado conoce los Misterios del Alma-Espíritu, los Misterios de la Conciencia.
Y al rasgarse el Séptimo Sello, que pertenece precisamente a Shiva-Tattva, el Iniciado conoce, entonces, los Misterios del Ser.
Son Siete Sellos que hay que rasgar, de uno en uno. Aquél que ha llegado a rasgar el Séptimo Sello, recibe el Bautismo del Fuego y queda iluminado interiormente. Eso es lo que los hermanos deben entender.
La Falta de Progreso
Pero muchos se quejan por falta de Iluminación; se dicen a sí mismos: “Pero bueno, yo tanto como he trabajado, tanto como he estudiado, y en fin, tanto como he sufrido, y nada que me llega la Iluminación. ¡Nada, nada! ¡No! ¿Qué me pasará?”…
Protestan porque no se les desarrollan los chakras, protestan porque no pueden salir en Astral, protestan porque no saben viajar en Cuerpo Mental, protestan porque no pueden visitar a la Logia Blanca a voluntad, protestan porque están dormidos, inconscientes. Pero no se dan cuenta que no han organizado sus Siete Mentes, y no podrían organizarlas mientras el Ego existe dentro de ellos.
Tienen el Ego muy vivo, gordo y robusto, ¿y así están quejándose? ¿Cómo se les ocurre a esos hermanitos quejarse, cuando tienen Ego? Mientras exista el Ego no hay derecho a tener Iluminación.
¿De dónde la van a sacar? Estando la Conciencia embotellada entre el Ego, ¿de dónde van a sacar la Iluminación? ¡Eso es imposible!
Disuelvan el Ego ustedes y tendrán Iluminación, disuelvan el Ego ustedes y organizarán las Siete Mentes, maravillosamente. Pero mientras no lo disuelvan, las Siete Mentes de los Siete Centros, en ustedes estarán alteradas.
Así que, en realidad de verdad, hay que trabajar sobre sí mismos para poder llegar a organizar las Siete Mentes. Sólo aquél que haya trabajado muy duramente sobre sí mismo sabe lo que es rasgar el Séptimo Sello y recibir el Bautismo del Fuego.
Quien rasga el Séptimo Sello y recibe el Bautismo del Fuego, entra en contacto con las distintas partes del Ser Interior Profundo. Entonces viene la Iluminación.
Uno se asombra cuando sabe que los doce apóstoles del Cristo están dentro de uno mismo. Y así es: Están.
Hay doce potestades Cósmicas dentro de cada ser humano, en su propio Ser Interior Profundo. Cuando uno sabe entrar en contacto con esas Doce Potestades Interiores, entonces queda Iluminado, ya no tiene por qué protestar. Pero mientras uno no esté en contacto con esas Doce Potestades, ¿de dónde va a sacar la Sabiduría? ¿De dónde va a sacar la Iluminación? ¿De dónde va a sacar el Poder?
Existen también las veinticuatro emanaciones, los Veinticuatro Ancianos, que son veinticuatro partes de nuestro Ser. ¿Cómo podríamos saber algo, realmente, sobre el Zodíaco, algo que no fuera meramente esa Astrología mecánica o Astrología de feria, si uno no está en contacto directo con las Veinticuatro Emanaciones?
Dentro de nosotros, pues, hay maravillas… Se ha dicho, y con entera claridad, que hay tres clases de relaciones:
Primera, la de uno con su propio cuerpo (si uno no se sabe relacionar con su propio cuerpo, enferma y muere).
Segunda, la relación con el ambiente externo (si uno no se sabe relacionar con sus semejantes, se forma conflictos y problemas).
Pero el Tercer tipo de relaciones es el más importante: La relación con cada una de las partes de nuestro propio ser interior Profundo.
No podría uno relacionarse con los Siete, ni con los Doce, ni con los Veinticuatro, ni con los Cuatro, etc., etc., etc., si uno no hubiera eliminado sus agregados psíquicos. Cuando uno elimina sus agregados psíquicos, se organizan las Siete Mentes; cuando las Siete Mentes se organizan, se conocen las Siete Verdades y cuando se conocen las Siete Verdades, se conoce a los Siete Señores Sublimes, que están dentro de cada uno de nosotros. Pero si uno no ha eliminado el Ego, tampoco ha organizado sus Siete Mentes, ni mucho menos podrá entrar en contacto con los Siete Señores Sublimes; tendrá que vivir en la ignorancia, en el error.
Así pues, mis caros hermanos, comprendan ustedes la necesidad de trabajar mejor sobre sí mismos. Entiendan que el Centro Intelectual, que el Centro Emocional, que el Motor, que el Instintivo, que el Intelectual y el Sexual tienen cada uno su propia Mente. Entiendan que los Centros Superiores (Emocional Superior y Mental Superior) tienen cada uno su propia Mente, que hay Siete Mentes, y que hay Siete Verdades, que hay Siete Señores Sublimes dentro de nosotros mismos, aquí y ahora.
Entiendan que eso que digo con respecto al hombre, se corresponde con el Macrocosmos; Siete Verdades, Siete Señores Sublimes y Siete Mentes se relacionan con los Siete planetas, porque el Macrocosmos y el Microcosmos se corresponden (“tal como es arriba, es abajo”). Entiendan, pues, esa concordancia que existe entre el Macrocosmos y el Microcosmos, y trabajen sobre sí mismos.
Aquí, dentro de mí, está el Quinto de los Siete (que es el último de esta raza), pero en la Sexta Raza, al final de la Sexta Raza, vendrá el Sexto; y mucho más tarde, al final de la Séptima Raza, vendrá el Séptimo. Cada uno de los Siete cumple su labor, su misión con las Siete Razas que tienen que existir en el planeta Tierra. Hasta ahora han habido Cinco Razas; falta la Sexta y más tarde la Séptima…
Hay también siete Chakras importantes en la espina dorsal y eso no lo ignoran ustedes.
Nadie ignora lo que son las Siete Iglesias, eso es obvio; hay Siete Notas musicales, Siete Artes, etc.
El número Siete es la Escala, pero en la Séptima Escala, el Maestro recibe el Bautismo del Fuego (Cristo nos bautiza con Fuego, Juan con Agua). En la Escala de Jacob somos bautizados con el agua y en el Séptimo Nivel con Fuego.

Se hace necesario que los hermanos entiendan todo esto, que en serio tomen el problema de la disolución del Ego, porque desintegrándose el Ego, repito, quedan organizadas las Siete Mentes, quedan perfectas, y entonces se conocen las Siete Verdades y los Siete Señores Sublimes dentro de nosotros mismos, aquí y ahora.
Bien, hermanos, ahora doy plena libertad para que ustedes pregunten lo que tengan que preguntar, pero no olviden que las preguntas que se hagan deben estar dentro del tema y a nivel de Tercera Cámara, pues aquí no estamos en Antecámara, ni en Primera ni en Segunda Cámara…
Preguntas y Respuestas
– Estudiante. …Que existen Buddhas de Contemplación. Yo tengo profundo interés, Maestro, en qué se diferencian los Buddhas de Contemplación de los Buddhas de Piedad. Tengo entendido que han habido 32 Buddhas de Piedad y que el último se reencarnó en el planeta Tierra hace 34 mil años. Y dado lo que dice usted, sería interesante conocer en qué se diferencian el Buddha de Piedad del Buddha de Contemplación.
– Maestro. Con mucho gusto. En todo caso debemos aclarar lo siguiente: Siete son los Buddhas-Prototipos; la síntesis es Avalokitesvara, el Logos-Buddha. Muy bien, y luego viene una gran cantidad de Buddhas que tienen que marchar de acuerdo con el Prototipo de los Siete, aunque esa cantidad tenga cada uno su Rayo o su Prototipo Individual, su Buddha de Contemplación propio.
Dentro del término “Buddha de Contemplación”, que es el Padre-Madre de cualquier Bodhisattva, hay una gran cantidad de virtudes, facetas, etc., porque un Buddha de Contemplación estará especializado en la Fuerza, otro Buddha de Contemplación podrá estar también especializado en la Ciencia, otro puede estar especializado en el Arte, otro en las Leyes, etc., pero eso no significa que por tal motivo no existieran los Buddhas de Piedad, los Buddhas de Sabiduría, los Buddhas de Ciencia, ¡no!, es que el término “Buddha de contemplación” se relaciona siempre con el prototipo divinal de cualquier Bodhisattva, con el Complemento Glorioso de cualquier Bodhisattva, sea éste de la naturaleza que fuere.
De manera que los Buddhas de Contemplación, incuestionablemente están especializados, unos en un ramo, otros en otros. Así es como se debe entender la cuestión Búddhica… ¿Hay alguna otra pregunta?
– Estudiante. Venerable, ¿qué relación, o con qué Mente está relacionado el Recuerdo de sí y la Autoobservación?
– Maestro. Bueno, obviamente el Recuerdo de sí mismo está relacionado con el centro mental superior, lo mismo que la Autoobservación. Sin embargo, pienso, y siempre lo he dicho, que el Centro Emocional (especialmente me refiero al centro emocional superior) tiene más penetrabilidad, más Omnisciencia, más Sapiencia, y es más importante.
Recuerden que la Biblia toda, empezando con la Creación del Hombre y terminando con el Juicio del Hombre en el “Apocalipsis”, está escrito con el Centro Emocional Superior, en el lenguaje de Parábolas, y de ahí la Sapiencia que hay contenida en cada versículo. Eso es todo… Cualquier otro hermano puede preguntar… A ver hermana…
– Estudiante. Usted nos hablaba, Maestro, sobre los Doce Apóstoles. Quisiera que me explicara qué parte del cuerpo rige cada uno de ellos, ya que sólo se conocen algunos. Yo por los menos…
– Maestro. Obviamente, las Doce Potestades dentro de cada ser humano, se relacionan unas con un órgano, otras con otros órganos, pero en realidad de verdad no en forma específica con tal o cual órgano, aunque ellos conocen en sí mismas la Ciencia de los Órganos.
Digo así, porque resulta que dentro de nosotros existen las Doce Emanaciones, dentro de nosotros existen los Cuatro, dentro de nosotros existe el León de la Ley, dentro de nosotros existe el Anubis particular, la Minerva, etc. Es claro que las partes del Ser, en realidad de verdad, controlan todas, entre sí, las distintas facetas del organismo humano, pero no especialmente una controla un órgano y otra, otro órgano, porque ya torna esas entidades en criaturas meramente mecánicas y eso no es así.

Los Doce Apóstoles de Cristo